¿La Tributación de los servicios digitales impulsará el crecimiento?
La economía digital se ha acelerado durante la pandemia en muchos países y se ha alejado de los modelos convencionales basados en el dinero en efectivo
Esto ha suscitado preocupación por los regímenes fiscales y presenta problemas y oportunidades para las autoridades fiscales.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), 27 países de América Latina y el Caribe y 30 países de África ya tienen algún tipo de tributación para los servicios digitales.
La cuestión de hacer tributar a las grandes multinacionales que dominan la economía digital ha tenido consecuencias no deseadas. Aunque gran parte de estas reformas fiscales planificadas se han centrado en cómo afectarán a los gigantes tecnológicos globales como Amazon, Facebook y Google, la realidad es que también afectarán a las empresas pequeñas, y medianas..
El problema de las grandes multinacionales que evaden impuestos al trasladar las ganancias entre países siempre ha existido. La evasión de impuestos corporativos cuesta a los países entre $100 mil y $240 mil millones anuales.
Google, por ejemplo, trasladó $22,7 mil millones a través de una empresa fantasma holandesa a Bermudas en 2017; Facebook pagó solo $9,6 millones en impuestos corporativos en el Reino Unido sobre £1,3 mil millones de ingresos. Las multinacionales utilizan el «precio de transferencia » para hacerlo legalmente. ¿Cómo funciona este procedimiento? La compañía establece los precios de transacción entre sus subsidiarias para garantizar que las ganancias se registren en países con bajos impuestos en lugar de donde se produjo la actividad económica que generó las ganancias.
De ahí que la OCDE publicase una propuesta para reducir la escalada. 136 países han firmado un acuerdo para garantizar que las empresas paguen un impuesto mínimo global del 15% – ya q representan más del 90% de la economía mundial. La OCDE, que ha dirigido las negociaciones, estima que el impuesto mínimo generará $150 mil millones y alentará a las multinacionales a repatriar capital al país de sus respectivas sedes, dando un impulso, especialmente a las economías pobres o en desarrollo. Se estima que el acuerdo entrará en vigor en 2023
Debido al crecimiento de la economía digital, muchos países de América Latina, han ordenado la recaudación del IVA (impuesto sobre el valor añadido) sobre los suministros directos de productos y servicios digitales, como el diseño de sitios web, el alojamiento, las subastas, los cursos online, la economía colaborativa y de proyectos, los medios de comunicación y el software. Como resultado se ha aumentado los ingresos fiscales y el cumplimiento tributario en las plataformas digitales.
El 1 de junio de 2020, México promulgó un IVA del 16% sobre los servicios digitales suministrados por empresas extranjeras, que deben registrarse para aplicar el IVA y remitir impuestos mensualmente.
El mismo día, Chile impuso un IVA del 19% a los servicios digitales prestados por empresas extranjeras. Ecuador también promulgó su IVA del 12% sobre todos los servicios digitales en septiembre de 2020. México, que comenzó a gravar los servicios digitales a mediados de 2020, aumentó sus ingresos fiscales en $304 millones, un enorme salto del 915% en comparación con 2019. Mientras tanto, Chile obtuvo ingresos por 194 millones debido al IVA de servicios digitales entre junio de 2020-21.
La introducción de un nuevo régimen fiscal de este tipo ha generado fondos adicionales para varios gobiernos de América Latina que se pueden utilizar para una mejor gobernanza, y proporcionar estabilidad y certeza.
Los países africanos no son una excepción. Han ideado políticas fiscales digitales para recaudar impuestos directos e indirectos sobre las transacciones digitales. Nigeria, Kenia, Zimbabue y Túnez introdujeron nuevos impuestos a los servicios digitales (DST). Otros, como Camerún, Argelia, Marruecos, Kenia y Sudáfrica, han ampliado los impuestos indirectos existentes para llegar a los ingresos no explotados en la economía digital.
En enero de 2019, Zimbabue estableció que cualquier monto recibido o acumulado por encima de los 500.000 dólares estadounidenses por servicios de comercio electrónico estará sujeto a un impuesto del 5%.
Mientras tanto, en enero de 2020, Túnez impuso un impuesto sobre los servicios digitales del 3%En noviembre del 2019, Kenia impuso un impuesto del 1,5% sobre los ingresos recibidos a través del mercado digital.
En 2020, Nigeria promulgó un impuesto del 30% sobre las empresas extranjeras que transmiten o reciben señales, imágenes, sonido, mensajes y datos mediante dispositivos electrónicos. Esto se refería a actividades como el comercio de alta frecuencia, el comercio electrónico, el almacenamiento electrónico de datos, los pagos y la publicidad en línea y otras plataformas de redes en línea participativas.
La imposición de una tributación es un tema polémico y rechazado por varios jugadores de la industria., pero es también, una fase esencial de la transformación digital que puede tener un impacto global.
Entonces, ¿qué le parece? ¿La tributación sobre los servicios digitales es adecuada para el gobierno para que para impulsar al estado de bienestar público, pero mala para las empresas y los consumidores, puesto a que aumenta las preocupaciones inflacionarias e impide el crecimiento?
Fuentes:
https://qz.com/africa/2122487/african-governments-now-want-to-tax-your-netflix-and-chill.
https://taxfoundation.org/africa-tax-revenue-oecd-report-2020/
https://www.weforum.org/agenda/2021/11/global-minimum-tax-rate-deal-signed-countries/
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